martes, 30 de junio de 2009

El retrato y el relato no son la misma cosa

Descubrí que el relato dice tanto y la imagen no vale más que mil palabras

La imagen solo puede decir a través de las palabras, necesita tanto de ellas, es tan prisionera de si misma que no puede decir nada, la palabra en cambio puede imaginar, puede dibujar hacer y deshacer a su antojo, puede cambiar de sentido, simbolizarse, tiene una capacidad asombrosa de no de travestir o prostituirse porque sino quedaría atrapada en un significado mas profundo que denunciaría a la mentira ocultando la verdad, ni siquiera de mutar, pues la atraparía la lógica, el poder de la palabra nace y muere con ella, es imposible atraparla, juzgarla por lo que fue, se trasfigura, ni siquiera si se la textualiza pues deberíamos convenir que sentido atribuirle de antemano, deberíamos construirla colectivamente para destruirla y solo habremos de encarcelar lo que representa, pero jamás a ella.

La palabra tiene lo que nuestra existencia desea, tiene la capacidad de convertirse en fantasía y crear una ilusión tan irreal y tan verdadera como la realidad y la mentira.

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