viernes, 31 de octubre de 2008

Nunca imagine un reencuentro

Momentos de continuidad en el tiempo
Aunque las distancias marquen las diferencias, las tensiones, las alegrías, las tristezas, las emociones, la magia del afecto
Poco a poco las palabras me sonaban familiares,
Próximas, con sentido,
y esos seres corroídos por el tiempo se volvían inmortales,
los mismo de siempre
los que me acuñaron
los que me despidieron,
todo en una historia,
en una lagrima contenida en la emoción entrecortada
Que distintos y distantes estos tan próximos
Descubrí una civilización diferente, un orden social situado,
Coordenadas del tiempo que inmutan
Tan grandes tan chicos, tan jóvenes para ser viejos,
Uno a uno los recuerdos invadían al migrante que por momentos era el único que recordaba, que rememoraba hechos que otros; a esos a quienes el tiempo inmuta les parecían extraños cargados de una rareza tan irreal.
tan irreal parecían que los deseche, no importa que me ata
Estaba allí junto a ellos junto a los otros que siempre conocí aun en la distancia
Estaba yo y mis circunstancias otra ves frente a ellos preguntando cosas que ya conocía ingenuamente conversando sobre los muchos que éramos en el tiempo y que hoy ya no están viendo como el otoño se hacia interminable a mi vista
Un misterio de tan pocas palabras me abordaba y me desechaba, una mirada perdida, porque eso que quieres ver ya no esta, donde te busco, donde te encuentro, un misterio desbordante de pocas palabras, mas aun un misterio sin palabras
De ese misterio se sale y no se entra si las pasiones están desencontradas
Un aquí y un allá que tensionan al cuerpo, al alma y aun no deja de ser un misterio
“Un encuentro de grandes dimensiones desataron la batalla, los bandos aprestados prepararon los fusiles, los empuñaron y al momento de disparar las balas atravesaron sus corazones; volvieron a disparar y agujerearon sus estómagos, no contentos hicieron lanzadas repeticiones pero sus piernas ya no les pertenecía, murieron sin saber que al intentar preservar sus vidas las aniquilaban, las mutilaban esos de enfrente no eran otros, eran ellos, era yo”
El apostador