Profesionalizar al otro
Leyendo algunas reflexiones sobre la migración, el exilio o el éxodo de una colega y compañera de viaje y tratando de reeditar algunas palabras que aunque acertadas (para mi) fueron poco fortuitas para problematizar lo dado, lo costumbrista, lo que siempre fue así.
Suena raro decir esto, pero lo que me molesto no fue sentirme blanco de su desacuerdo sino la creciente imposibilidad de mirarme como migrante y problematizar mi lugar como una constante en mi vida, la presión por la integración y por la individuación fueron permanentes en mi
¿Como ser alguien y no quedar fuera?
o al menos ocupar el margen,
nota interesante: a veces ciertas formas de marginalidad son mejores que estar adentro
Será que ilusamente creo que mi lugar es mucho mejor que el de otros?
No se; las preguntas últimamente tienen el lugar de la respuesta
Volviendo al tema
A veces la migración genera falsas representaciones del allá y el aquí
Si vienen de la cultura son siempre falsas y verdaderas, y por cierto arbitrarias
Son construcciones sociales además de cuestiones sociales
y por lo tanto culturales
y aquí una cuestión: no pensar la cultura como lo natural sino como des/cons/trucción comunicativa.
No me alcanza con decodificar el sufrimiento o la alegría o la tristeza, el llanto y que marco tienen los sentimientos como política publica
Tampoco creo que ese otro deba ser decodificado, usado, menos preciado en su forma de ser para que uno de cuenta de su propio lugar
coincido en que la mejor lección de sociología es la de escuchar
Y Es ese otro a quien interpelamos con nuestros códigos quien mejor nos prepara y nos desubica nos corre y nos descentra
Cada ves que se nos acerca con su enojo, con su refunfuñar de dientes apretados, cuando nos dicen ustedes los profesionales los ingenieros sociólogos y todas las terminaciones…. Cuando nos trata de usted, cuando se sacan el sombrero y agachan la cabeza y que automáticamente como si fuera una acción refleja (que no lo es) levantamos la mirada mientras nos dan la mano asintiendo con nuestra expresión aquello que prefiguran
Que irreverencia la mía y la de muchos que la aprovechan /mos
La disputa es de sentido, de representaciones, de significados y en esa lucha siempre hay que abrir paso, no ser tamiz, ni embudo,
un multiplicador de aquellos sentidos que la política y cualquier interpretación de cultura excluye
Mi lección de sociología del día de ayer y de hoy se parece a la de un torero que invita a su toro no a su funeral sino………
……. aquí dos imágenes como una dualidad me dividen, flashean en instantáneas mi mente
Por un lado el campo abierto plena pampa, ese campo tiene alambrados aunque es mi sueño y los hago desaparecer
Por otro el monte y sus senderos la casa de muchos a quienes no veo pero puedo sentir
Democratizar los sentidos es empoderar a aquellos sujetos devenidos en actores protagónicos de aquello que en un principio no le es propio o si (pero la propiedad se construye y se destruye con mayor facilidad) y que los ubico en ese pedestal
¿Pero quien mierda soy yo para abrir esa puerta?
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