El origen de los Argentinos es de una fusión de la sangre europea y de la sangre aborigen. Nuestra identidad debe basarse en algo propio, como puede ser el producto de la mescla o convivencia de costumbres autóctonas y apropiadas.
Quizás mencionar un ritual aborigen llegue a causar confusión en la sociedad en general porque lo han de considerar antireligioso, o de ofensa a la cultura actual.
Pero hay que replantearse nuestro origen y nunca sentirse avergonzados de decir que parte de nuestra sangre es aborigen. Deberíamos investigar sobre las grandes hazañas –o mejor dicho genocidios- que los europeos llegaron a cabo cuando llegaron a estas tierras, y recién después comparar las dos culturas y descubriremos que tenemos un poco de cada una en todo.
Los aborígenes rendían culto a la naturaleza, porque de ella obtenían el alimento, la medicina, la vestimenta, y el hogar; cuidaban a la tierra y la respetaban. Ellos la consideraban madre porque es la naturaleza fuente de vida.
Hoy en día, para muchos es motivo de debate la contaminación que esta destruyendo a pasos agigantados con la madre naturaleza ¿y por que esta pasando eso? Porque no hemos conservado esa costumbre aborigen, que no es algo satánico ni de ofensa a ningún credo religioso.
Si la tierra es destruida ¿Cómo vamos a sobrevivir? ¿Acaso la cultura europea nos ha inculcado el aprecio y el cuidado de ella?
Celebrar la Pachamama, en un contexto religioso y criollo como el nuestro, es reivindicar la cultura aborigen y el aprecio que ellos tenían por la tierra para tomarlo nosotros en la actualidad y reproducirlo a través de nuestras obras; con lo cual no se quiere dejar de lado la religión a la que somos adeptos ni causar ningún tipo de polémica.
Debe quedar bien en claro que la tierra es nuestra casa, y la única; debe quedar claro que solo de ella vamos a obtener el sustento y que el hecho de que hoy el calor es insoportable, que nos agobian terribles sequias en esta época y que hay enfermedades aquejándonos constantemente son consecuencias del mal accionar, ya sea consiente o no. Será muy difícil revertir el efecto negativo pero no imposible frenarlo un poco y de a poco recuperar un equilibrio acorde a la vida sana y natural.
Esta en nuestras manos cuidar la naturaleza y hacer de este suelo un lugar acogedor, cuidemos nuestra tierra, Sumampa, porque aunque sea tan pequeño es muy valioso y bello, y si la Virgen lo eligió nosotros debemos protegerlo, con viejas enseñanzas aborígenes, pues ellos si querían al lugar que habitaban. Es posible una convivencia pacifica si lo intentamos y deseamos para el beneficio colectivo.
Autora: López Alejandra
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